La corriente de la historia deja fuera muchas voces, es nuestro deber darlas a conocer. Solo los peces muertos siguen la corriente.
Cuando Stanislav Szukalski estaba vivo, y aun tenía fuerzas de sobra para seguir creando, Ben Hecht dijo lo siguiente;
“Su nombre es hoy día desconocido. Sus obras han desaparecido. El está sin público, sin críticos, tan absoluta es la ignorancia en torno a su figura que podría no haber existido jamás”.El año en que yo nací, Szukalski murió. Han pasado 21 años y su reconocimiento en el vertedero del arte sigue siendo el mismo; nulo. Sus últimos años podrían ser un potencial ejemplo de creación liberada. Dudo que tuviera presión alguna, creaba para sí mismo, por disfrute y necesidad de sacar un mundo ante todo personal y intransferible, que defendía con fiereza aun a pesar de estar basado en presupuestos absurdos, discutibles y quizás a mí entender lamentables (por connotaciones fascistas).
Szukalski nació en Polonia en 1893. Desde el 1939 sus obras no se han vuelto a exponer en su país. Tres años antes el gobierno de su país le había dado la consideración de ser “el mayor artista vivo”, por lo que decidieron edificarle un museo donde albergar sus creaciones. Pero la invasión de Polonia y la batalla de Varsovia destruyeron el museo y toda su obra, condenando a Szukalski a un retiro forzado al sur de California.
La historia abandono aquí a este hombre, nadie en Estados Unidos ni en Polonia le prestó la más mínima atención, pero Szukalski no dejo por ello de crear. Produjo esculturas, medallones y más de 14000 dibujos-diseños dispuestos a reinterpretar la antropología, la geología, la arqueología y la lingüística en pos de una teoría; el zermatismo. Una pseudo-disciplina científica inventada por Szukalski que pretendía releer la historia de la tierra (Unos malévolos Yetis ya estarían conviviendo con nosotros, tras una extraña hibridación con la raza humana. Todas las lenguas provendrían del polaco, etc).
Podemos enraizar su estilo con determinadas tradiciones (se sabe de sus estudios sobre cultura precolombina, mesopotámica, egipcia, etc). También se puede rastrear su importancia en el devenir del art-deco y las artes decorativas. El futurismo, el cubismo, el simbolismo, la bauhaus, el art-nouveau… múltiples campos de acción que supo encauzar a un estilo único, potencialmente espiritual y anti-académico.
Szukalski defendía los mas incongruentes ideales con ardor, pero aun así quienes le conocieron atestiguan que no era un enfermo. Abogaba por una nueva federación llamada Neuropa, que no incluiría naciones inferiores como Italia, Gran Bretaña, Alemania o Francia. El símbolo seria una doble gammadion y la capital Cracovia. Su acusado ultra nacionalismo le valió acusaciones, razonadas, por parte de los comunistas… consideraba su arte genuinamente polaco, cuando era perceptible el indudable influjo cosmopolita de un sinfín de culturas. Se puede considerar a Szukalski un racista y un sinfín de cosas más. Sin duda era y es una figura incomoda, lo cual le ha condenado al olvido. El mismo se construyo este inaceptable cascaron a base de una férrea fe en si mismo.
Dicen que aceptaba todas las posiciones contrarias a la suya. Pero tan solo si eran defendidas con decisión. Detestaba por encima de todo la debilidad gregaria. La cual poseen al parecer todos los críticos y comisarios artísticos del mundo hoy día.
Que nadie se alarme, sigue siendo un total desconocido.
2 comentarios:
la historia de este tipo, con su museo y su laurel tan temprano y su brutal olvido después habña muy claro sobr lo efímera que es a veces la gloria y la "eternidad" del arte, se pueden sacar muchas lecciones, sí.
Ciertamente es un caso paradigmatico de artista evidentemente potente que por razones varias (sobre todo lo incomodo que resulta, pero la mala epoca historica que le toco malvivir) termina en la fosa comun del tiempo...
Tu, como historiador del arte sabras de más nombres que compartan ese temprano encumbramiento y posterior caida...
Salud y gracias por pasearte por Trobriand!
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