lunes, 16 de marzo de 2009

¿La maquina no lo es todo?
















No comprendo a esos seres envejecidos, pobres y desdichados que desean por encima de todo durar… necesito vivir con embriaguez…necesito percibir, en el futuro inmediato, momentos de exaltación y de alegría. Solo soy feliz cuando adoro algo. No comprendo la indiferencia con la que tantas personas soportan todos los días esas horas vacias en que no hacen otra cosa que esperar… para que la vida prosiga es preciso que los hombres consientan, todos los días, durante largas horas, en convertirse en verdaderas maquinas. Pero la maquina no lo es todo. .. el estado no ofrece a quienes instruyen a los escolares ocasión de renovar su tarea y de rejuvenecer de esta manera su pensamiento. ¿Consiste su base en transmitir entusiasmo a los jóvenes? No, el entusiasmo es peligroso… No tengo nada en común con esos funcionarios que se sienten orgullosos de ser una rueda mas del engranaje social. Necesito emocionarme con las verdades que enseño… ¿Hay que sentir una admiración sin reservas por esos seres respetuosos que interpretan tan bien su papel de buenos ciudadanos? Es quizá su falta de imaginación lo que les permite ser tan uniformemente virtuosos… De vez en cuando hace falta que se produzca algún desorden en el mundo para que puedan brotar cosas nuevas. El desorden lo provocan siempre los malos ciudadanos, esos entusiastas que sienten la embriaguez de las palabras… me resulta imposible asemejarme a esos seres prudentes, pacientes y previsores que, desde que tienen veinte años, acumulan provisiones para cuando sean viejos… no estaba hecho para vivir en un mundo en el que se debe consagrar la propia juventud como preparación para la vejez… el hombre esta condenado a la tristeza porque tiene imaginación, porque piensa, porque salió de la animalidad… hay corazones a los que nuestra estúpida moralidad condena a una juventud demasiado corta y a una vejez demasiado larga… si yo hubiese creado el mundo, hubiera situado el amor al final de la vida. Los seres humanos se habrían visto sostenidos, hasta el final, por una esperanza confusa, pero prodigiosa… amo enormemente la vida. Pero para gozar del espectáculo hay que ocupar una buena butaca. Y en la tierra la mayoría de las butacas son malas. Aunque es verdad que, en general, los espectadores no son muy difíciles de contentar… soy un jugador que no pediría otra cosa que continuar jugando, pero que no quiere aceptar las reglas del juego. Hay mucha hipocresía en aquellos que continúan viviendo. Pero ¿sería posible la vida social sin mentiras? No. La mentira, la hipocresía: quizás esté ahí lo que mejor distingue al hombre del animal… me había hecho de la vida una idea completamente falsa. Daba mucha importancia a todo aquello que es excepcional: el entusiasmo, la exaltación, la embriaguez. Ahora bien, lo que en la vida humana ocupa casi todo el tiempo son las tareas monótonas y cotidianas, las horas en las que se espera, las horas en las que nada sucede. El hombre normal es aquel que sabe vegetar…será necesario que tenga cuidado para que la detonación no resuene demasiado en el corazón de un ser sensible.

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