Una declaración de amor entre dos comadrejas, un duelo de lirones, erizos patinando sobre hielo y seis gatitos cantando una serenata a un cochinillo bajo su ventana eran algunas de los dramas que la victoriana audiencia pudo ver en la gran exposición de Londres en 1851. El autor; Hermann Ploucquet, un taxidermista del museo real de Stuttgart.
Fueron uno de los rincones más concurridos por el gentío. La serie más popular era la de los seis cuadros que ilustraban la fabula alemana de Reinecke el zorro, basada en los grabados de Wilhelm von Kaulbach para la versión de Goethe.
Por aquel entonces Walter Potter tenía 16 años. Y aunque no presencio la gran exposición, el libro ilustrando las piezas de Plouquet tuvo una gran distribución y incluso se reprodujo en periódicos populares de la época.
Potter provoca sensaciones contrapuestas. Es probablemente el autor de los dioramas más complejos, absolutamente desquiciantes.
Pero hay otros tantos personajes trabajando con los mismos esquemas en esa misma época; Edward Hart, Williams&Sons, etc.Por momentos uno parece estar ante Rabbits de Lynch… o viendo una bizarra escena de Marquis o la maravillosa Blood Tea & Red String. Es tan Kitsch como grotesco. Ya solo imaginármelos trabajando… de aquí nos viene la moralizante fauna antropomórfica de Disney, y en el lado contrario esta la brillante figura de Ladislaw Starewicz.
Ademas Potter tenia una colección de Freaks Animales (A ver que opina Mariel de esto;):
Soñe con un pajaro ciclopeo
azul esmeralda.
Enjaulado en una alcantarilla
hacia temblar mis cimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario