jueves, 25 de junio de 2009

Alfred Rethel (1816-1859) realizo a partir de 1848 una serie de obras con la muerte como tema central.

Esta primera escena está basada al parecer en los escritos del poeta alemán Heinrich Heine, que vivió como periodista los tiempos del desarrollo de la epidemia de cólera en el parís de 1832.

"That night, the balls were more crowded than ever; hilarious laughter all but drowned the louder music; one grew hot in the chahut, a fairly unequivocal dance, and gulped all kinds of ices and other cold drinks--when suddenly the merriest of the harlequins felt a chill in his legs, took off his mask, and to the amazement of all revealed a violet-blue face. It was soon discovered that this was no joke; the laughter died, and several wagon loads were driven directly from the ball to the Hotel-Dieu, the main hospital, where they arrived in their gaudy fancy dress and promptly died, too...[T]hose dead were said to have been buried so fast that not even their checkered fool's clothes were taken off them; and merrily as they lived they now lie in their graves”











Cantos a la muerte - Georg Trakl

Azulada muere la primavera; bajo sedientos árboles,
camina un ser oscuro en el ocaso
escuchando la dulce queja del mirlo.
Silenciosa aparece la noche, con un venado sangrante
que se abate lentamente en la colina.

La húmeda brisa mece la rama del manzano en flor,
se desata plateado lo que estuvo unido,
muriendo con ojos nocturnos; estrellas que caen;
dulce canto de la infancia.

Iluminado bajó el durmiente por el bosque negro,
murmuraba una fuente azul en la distancia
cuando él levantó sus pálidos párpados
sobre su rostro de nieve.

La luna espantó un rojo animal
de su guarida,
y el oscuro lamento de las mujeres murió en suspiros.

Radiante levantó sus manos hacia su estrella
el blanco forastero;
y silencioso abandona un muerto la casa derruida.

Oh la imagen corrupta del hombre;
fundida con fríos metales,
noche y espanto de bosques sumergidos
y el ardor del animal solitario;
quietud de las corrientes del alma.
La barca sombría lo llevó por cauces fulgurantes,
llenos de estrellas púrpuras, y se inclinó
apacible sobre él la verde rama,
como una blanca amapola desde sus nubes de plata.
Tendida en el bosque de avellanos
juega con sus estrellas.
El estudiante, quizá un doble,
la sigue con la vista desde la ventana.
Detrás de él está su hermano muerto,
o tal vez baja por la vieja escalera de caracol.
A la sombra de los pardos castaños
palidece la figura del joven novicio.
El jardín está en el ocaso.
En el claustro revolotean murciélagos.
Los hijos del portero dejan de jugar
y buscan el oro del cielo.
Acordes finales de un cuarteto.
La pequeña ciega corre temblando por el camino
y después su sombra va a tientas por muros fríos,
rodeada de cuentos y leyendas sagradas.

Hay un navío vacío que al atardecer
desciende por el negro canal.
En las tinieblas del viejo asilo caen ruinas humanas.
Los huérfanos yacen muertos junto al muro del jardín.
De alcobas en penumbra
surgen ángeles con alas manchadas de barro.
Gotean gusanos de sus párpados amarillentos.
La plaza de la iglesia es sombría y silenciosa
como en los días de la infancia.
Sobre pies de plata se deslizan antiguas vidas
y las sombras de los condenados
descienden hacia las aguas suspirantes.
En su tumba juega el mago blanco con sus serpientes.

Silenciosos sobre el calvario
se abren los dorados ojos de Dios.

Versión de Helmut Pfeiffer

3 comentarios:

Portinari dijo...

http://www.goear.com/listen/8bac3ab/danza-macabra-Camille-Saint-Saens

Añadámosle esta obra a tu entrada y dejará de ser únicamente escalofriante para dar paso a la huida.

Tremendos versos de Tralk, que junto a las imágenes, me aposto en lugar seguro para que semejante caballero no quiera dejarse caer por mi camino...

Que en una de las imágenes el caballo de la muerte lama la herida mortal del cadáver resulta tremendamente apropiado para el marco y repulsivo.

Bashevis dijo...

Traes a Saint Saens… siempre asocio ese tema a la película de Juraj Herz “Spalovac Mrtvol”, jaja. En una escena absolutamente brillante, el protagonista a fin de aligerar el tétrico ambiente, no se le ocurre nada mejor que poner La danza Macabra!

Respecto a las escenas de Rathel, en un principio pensé explicarlas un mínimo cada una… pero desistí. Señalas ese lametazo, es en la escena de la guerra, por donde la muerte camina coronada por el laurel, dejando de fondo fusilamientos y purgas. La verdad es que es una serie brillante, con la muerte campando a sus anchas en sus distintos campos de acción. Ayudando al moribundo, en mitad de la epidemia acompañada por la alegoría de la enfermedad, arengando a las masas, en las trincheras, etc.

Bashevis dijo...
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