lunes, 15 de diciembre de 2008

El problema es la fe, esa fe. "Si crees en mi"... El "mi" no era necesario. No lo es. Tampoco el Él, ni el eso. Tampoco es necesario el "yo soy Eso", la remisión a lo Otro, no la proyección, ni la introyección, ni tampoco la fusión, la asimilación o la Identidad. Nada de eso era necesario. Tan sólo la fe: esa fe. A la vez voluntad y saber....
















Liberar la mutua tension entre el ‘creyente’ y lo ‘creido’ simplemente eliminando el anterior, lo que a la vez los une y los separa es el acto de creer.
El credo no es un fin en si mismo sino un producto final tangible del proceso que se mueve hacia fuera dentro del mundo de las formas creadas, modelando la personalidad, condiciones y acontecimientos; puede rastrearse desde su objeto hasta su origen, y esa fuente debe necesariamente ser anterior a toda forma concebible. El Ser esta siempre ‘rio arriba’ de lo que es concebido por el o de lo que percibimos de aquel....

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