domingo, 3 de enero de 2010

San Basilio (330-379):
“El Señor ha condenado a los que ríen en esta vida” (PG 31, col. 1104).

San Ambrosio (333-397):
«Pienso que hay que evitar no solo los juegos inmoderados, sino todos... aunque sean juegos honestos, porque se oponen a las reglas eclesiásticas»

San Juan Crisóstomo (349-407):
Cristo nunca había reído (PG 62, col. 69)

Capítulo VI de la Regla Benedictina, dedicado al silencio:

"Yo dije: guardaré mis caminos para no pecar con mi lengua; puse un freno a mi boca, enmudecí, me humillé y me abstuve de hablar aun cosas buenas"

Agustín, obispo de Hipona(356-430):
“La forma más terrible y obscena de romper el silencio es la risa, si el silencio es virtud existencial y fundamental de la vida monástica, la risa es gravísima violación”(Las primeras Reglas Monásticas del Siglo V)

San Benito de Nursia(480-547):
“Cuando la risa está por estallar hay que prevenir, sea como sea, que se exprese. Entre todas las formas malignas de expresión, la risa es la peor” (Regula Magistri)

Umberto Eco, en "El nombre de la rosa":
“- Pero ahora dime -estaba diciendo Guillermo-, ¿por qué? ¿Por qué quisiste proteger este libro más que tantos otros? ¿Por qué, si ocultabas tratados de nigromancia, páginas en las que se insultaba, quizá, el nombre de Dios, sólo por las páginas de este libro llegaste al crimen, condenando a tus hermanos y condenándote a ti mismo? Hay muchos otros libros que hablan de la comedia, y también muchos otros que contienen el elogio de la risa. ¿Por qué éste te infundía tanto miedo?

- Porqué era del Filósofo. Cada libro escrito por ese hombre ha destruido una parte del saber que la cristiandad había acumulado a lo largo de lo siglos....

- ¿Por qué temes tanto a este discurso sobre la risa? No eliminas la risa eliminando este libro.

- No, sin duda. La risa es la debilidad, la corrupción, la insipidez de nuestra carne. Es la distracción del campesino, la licencia del borracho... la risa sigue siendo algo inferior, amparo de los simples, misterio vaciado de sacralidad para la plebe... Pero aquí, aquí... –y Jorge golpeaba la mesa con el dedo, cerca del libro que Guillermo había estado hojeando- aquí se invierte la función de la risa, se la eleva a arte... La risa libera al aldeano del miedo al diablo, porque en la fiesta de los tontos también el diablo parece pobre y tonto, y, por tanto, controlable. Pero este libro podría enseñar que liberarse del miedo al diablo es un acto de sabiduría. Cuando ríe, mientras el vino gorgotea en su garganta, el aldeano se siente amo, porque ha invertido las relaciones de dominación: pero este libro podría enseñar a los doctos los artificios ingeniosos, y a partir de entonces ilustres, con los que legitimar esa inversión. Entonces se transformaría en operación del intelecto aquello que en el gesto impensado del aldeano aún, y afortunadamente, es operación del vientre. […] La risa distrae, por algunos instantes, al aldeano del miedo. Pero la ley se impone a través del miedo, cuyo verdadero nombre es temor de Dios. Y de este libro podría saltar la chispa luciferina que encendería un nuevo incendio en todo el mundo; y la risa sería el nuevo arte, ignorado incluso por Prometeo, capaz de aniquilar el miedo"



El temor de Dios...y ya no tuviesen miedo

1 comentario:

Pompeyo dijo...

A reir, entonces. Hasta mearse y mearlos.
Una puta que no ríe no es puta que me apetezca.