lunes, 14 de diciembre de 2009


2 comentarios:

Pompeyo dijo...

Tische: alrededor del segundo minuto estuve a punto de dejarla y pasar al siguiente posteo. A partir del minuto cinco, empecé a pensar en Jacques Tati (?) y en el amigo Bashevis y sus ventanas.
Ojalá durara dos horas más. Hay mil historias en este film que simula no tener ninguna.

Bashevis dijo...

Uf, por un momento pensé que habías arrojado la toalla, jeje. Creo que a todos nos pasa algo parecido con tishe, cuando entras en su casa y miras por su ventana, cuando ya estas dentro del juego y comprendes que no es una tomadura de pelo, entonces dices/decimos “Ojalá durara dos horas más”.

Ejercicio de agudeza visuomental, ilumina el día más sombrío. Como espectador, asemejas ver un árbol sin filosofía, aunque sea velada, por lo menos no te han puesto un babero y te dan las cucharadas a la boca como un borrego.

Salud Pompeyo, gracias por tu atenta mirada.