En Trobriand no hay besos

DESCARGAR-DOWNLOAD Pauline Oliveros - Crone Music (1991)















Nan-In un maestro japonés de la era Meiji, recibió a un profesor de universidad que fue a preguntarle sobre el Zen.

Nan-In sirvió te. Él lleno la taza de su invitado continuando vertiendo en ella.

El profesor observo el rebosamiento hasta que ya no pudo reprimirse. Esta llena. No cabe mas dentro.

Igual que esta taza, dijo Nan-In, tú estás lleno de tus opiniones y especulaciones.

¿Cómo puedo yo enseñarte Zen, a menos que primero vacíes tu taza?

Como compositora, yo tuve que vaciar mi taza.

(...)Sonidos de todo tipo (tales como motores, luces fluorescentes, ruidos de autopista) siempre están presentes. El mantra de la era electrónica es Hum, mas que Om. Estos sonidos constantes influyen sobre todo el mundo, consciente o inconscientemente (…)

(…) Empecé a seleccionar sonidos de todas las clases y a escucharlos conscientemente permitiendo escuchar innumerables alternancias cambiando partes de un tono constante, una franja de ruidos ancha y estrecha. Mi música consecuente, tanto electrónica como musical, refleja este interés. Todas las obras se transformaron en únicos centros tonales o franjas de ruido con formas características tímbricas (…)

(…)Los cantantes de la antigüedad solían experimentar primero el efecto de esa misma nota en ellos mismos. Ellos solían cantar una misma nota durante media hora y estudiaban el efecto de esa misma nota sobre todos los diferentes centros de su cuerpo: veían que fluido vital producía, como se abrían las facultades intuitivas, como creaba entusiasmo, como añadía energía, como calmaba y como sanaba. Para ellos no era una teoría sino una experiencia (…)

(… ) Continúe vaciando mi taza y siguiendo mi camino profano. Mi interés y fascinación con los tonos largos estaba centrada en una atención, tanto a la belleza de las alternancias sutiles de timbre como a la ambigüedad del fenómeno estático aparente (…) Había estado tocando y cantando con mi acordeón lentas y prolongadas improvisaciones en un tono central. Comencé a traducir los signos de respiración y los movimientos naturales lentos del Tai Chi en mis improvisaciones. Me di cuenta de que empezaba a sentirme mejor física y mentalmente, y comencé a desear más recogimiento ante la tranquila influencia de tales improvisaciones sonoras frente a la nerviosa y frenética música del mundo (…)