miércoles, 15 de julio de 2009

Hegoak Ebaki Banizkio

Hegoak ebaki banizkio

(Apuntes a ninguna parte I (Medi(o)ación))


¿En el mundo del que procedemos, suscitar un recuerdo, ser conmovido por un retrato, temblar con la música, sólo pueden ser signos de una larga y dolorosa pre-historia?























Comencemos pues a Perdernos para Encontrarnos…

Quizás sí. Entre nosotros y la cosa semántica media un cristal, un filtro de color, demasiados frames por segundo. Todo lo que una vez fue vivido directamente hoy se ha convertido en una representación… ¿Nuestra definición de lo real está enferma? Quizá suene esto ridículo a los oídos de quien, por no saber lo que es mirar a las cosas, no comprende a quien habla de ellas con la manera de hablar que enseña el observarlas.

Yo no soy quien habla de ellas de esa manera. Si me pides que me posicione, responderé amablemente; I would prefer not to. Me creo alejándome de especulaciones, voy de Wall Street a Main Street, y luego a Elm Street. Y en todas me encuentro un panorama similar. Me encuentro ante la Evidenc(ia)e que nos muestra Reggio; el poder del medio, la implantación del gusano en el cerebro. El gusano cuya extracción puedo ver en youtube. Uno de los dos polos de esta patología. Sumergido el cine en una espiral de artificio frente a la verdad máxima del digital que buscamos encontrar en estas páginas.

Ya pronto lo entendieron, antes de que naciera siquiera, los más altos y guapos. Mataron a sus seis hijos para después suicidarse, no sin antes haber escrito cosas como estas:

1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».

7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.

El tiempo. Con el nos obligamos a replanteárnoslo todo, derruido el anterior orden representativo. ¿Quién ha dicho que el tiempo cura todas las heridas? Sería mejor decir que el tiempo cura todo menos las heridas. Con el tiempo, el dolor de la separación pierde sus límites reales. Con el tiempo, el cuerpo deseado pronto desaparecerá, y si el cuerpo que desea ha dejado ya de existir para el otro, entonces, lo que queda es una herida… sin cuerpo. Amén.

La verdad travestida, el simulacro es verdadero. El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes. Es una visión del mundo que se ha objetivado… es mi visión de la Edad Media, del Far West, de mi niñez, de tus besos… Recuerdo aquel mes de enero en Tokio o, más bien, recuerdo las imágenes que filmé del mes de enero en Tokio. Se han sustituido a sí mismas en mi memoria. Ellas son mi memoria. La imagen representa y sustituye.

Me es complicado imaginar la ciudad de los siglos precedentes, la extraordinaria pobreza de atracciones visuales, la absoluta carencia de señales comunicativo-informativas. Y ya aun más atrás, en ese tiempo “en busca del fuego”, siquiera imaginar una consciencia precedente; no-simbólica, me resulta imposible.

“Los dibujos no les dicen nada. Intenté usar el dibujo amplificado de una mosca para explicar que sus patas peludas podían transmitir enfermedades.

Su respuesta fue: "Aquí no hay moscas tan grandes, no hay problema".

El problema viene de lejos. Aun no existiendo problema, algunos ya profetizaron sus efectos, hablaron de tu/mi vida. Se opusieron al suicida, a la filicida… a Goebbels, a Berlusconi, al oro del capital. La televisión sustituirá la verdadera presencia física en un modo aun más completo que la radio. Más aislado estará el individuo en su refugio. El melancólico eremita, encerrado en su habitación, a centenares de kilómetros del lugar donde le parece estar viviendo realmente, el espectador que no puede reír ni aplaudir sin sentirse ridículo. Es el producto final de una evolución secular, que partiendo del fuego del campamento y la plaza del mercado, llega hasta el actual consumidor de espectáculo en soledad.

Hace 73 años de esto… El termino televisión proveniente del prefijo griego tele y del nombre latino visio, vendría a significar algo así como “ver a lo lejos”. Sin duda Rudolf Arnheim también vio lejos, bien lejos.

En realidad podríamos repensar, si alguien nos ofreciera imágenes deseables. Pero nadie ofrece nada, distraen pero no desvelan, evaden pero no divierten. Saturan de emociones, miedos, falsas quimeras. Nos dan ración doble de estímulos, con respecto a hace 25 años. Y tu hijo, ya habituado a este flujo querrá más y más acontecimientos por segundo. 2 segundos por plano, no veáis nada por dios, no veáis nada. Un anuncio de 120 minutos en pantalla grande. Un bombardeo constante de imágenes, sobre las cuales no tenemos poder de decisión alguno. Y ni siquiera mediamos su procesamiento. Sin filtro se insertan en todo lugar, minando nuestro campo semántico. Goebbels habría entendido (entendía las posibilidades futuras) perfectamente la superioridad propagandística del medio televisivo sobre el radiofónico; la preponderancia de lo visible sobre lo inteligible (1).

Es el concepto de Moving Pictures frente al de Cinematógrafo. Si, en efecto, podrían darnos en que pensar, de hecho algunos lo hacen, pero prima el Moving Pictures. El movimiento, como efectomeno. Ajeno a toda concepción de escritura cinematográfica. Cantidad sobre calidad, objetividad sobre subjetividad, industria sobre artesanato, mercancía sobre bien cultural. La imagen incognoscible y irreflexiva sobre la comprensión y el entendimiento. La evasión sobre la diversión.

¿Ponemos por tanto con esta revista en el punto de mira “la vida simbólica”? No gracias.

Hasta hace bien poco (y aun hoy para la mayoría de los ciudadanos de los países hipercapitalistas y ese otro mundo dividido por un segundo) la capacidad de discriminación visual no era demasiado exigente. Hoy día, con la cada vez mayor presencia de la virtualidad y el medio electrónico, el juego ya se torna más entretenido. ¿Es verdadera esa maldita imagen del verano pasado? ¿Es verdadera esa maldita imagen mental del verano pasado, que conforma mi memoria actual?

Entre nosotros y la cosa median sin remedio. Atrofiando ciertas capacidades, construyendo “el chantaje de la utilidad” mediante la propaganda, homogeneizando el pensamiento, sobre provocando relaciones sociales de baja intensidad o soledad. Dibujando con tinta indeleble en mis parpados la imagenidea de Atreyu, Frodo, Harry Potter, Jesucristo.

A medida que la necesidad es soñada socialmente el sueño se hace necesario. El espectáculo es la pesadilla de la sociedad moderna encadenada que no expresa finalmente más que su deseo de dormir. El espectáculo es el guardián de este sueño.

El mundo real es aburrido, aburridísimo. Pero, sinceramente, señor Auster, nadie quiere vivir sus aventuras en la vida real. El azar es divertido una vez que se lee en el metro de camino al infierno de Dante. Ese que Peter Weiss pensó era una imagen de nuestro tiempo. Si bien, evidentemente, en mí día a día las cosas no se alteran a ese ritmo frenético de 3 o 4 segundos. Por lo que quizás prefiera la comodidad del eremita, encerrado en mi habitación, a centenares de kilómetros del lugar donde me parece estar viviendo realmente un sinfín de Planaventuras.

O simplemente emociones. Emociones suplantando el espacio que debiera estar dispuesto para la razón. Hiperemotividad para lo cual no estamos educados. Por reflexivo que uno se diga, este condicionamiento puede dinamitar las bases del más crítico de los lectores. Ante el medio televisivo estamos desnudos, “nadie” nos enseña a consumirlo de forma racional y critica.

La relación esfuerzo/satisfacción de la televisión es tan grande. Un gran flujo de inmaterial “riqueza”, consumo sin dar nada a cambio. La tele siempre “te quiere ver”. Por lo que con ella se mantiene una relación sin riesgo.

¿Es ya por tanto imposible liberarse de la caosmogonia icónica televisiva (por poner el medio donde más se evidencia)? El metalenguaje televisivo irradia sin cesar el mensaje imperativo del consumo del mismo mensaje; A medida que la necesidad es soñada socialmente el sueño se hace necesario. Ese mensaje nunca es inocente, ni proviene de mano libre de todo pecado. La lógica interna del sistema de información televisivo, en manos del poder de turno, está sustituyendo la verdadera historia… Podría, repito, haber un uso y consumo diferente, evidentemente, como muchos soñaron y desearon que así fuera, siglos atrás. Podría de hecho la verdadera (en cuanto que sensitiva) historia verse suplantada por el digital absoluto (no como analógico mediado), ajeno y liberado de toda reproducción de realidad-casualidad. Frio quizás, absolutamente programado, en relación plena con el concepto de escritura cinematográfica. Subjetivo a más no poder, absolutamente enfocado a replante-arte el mundo. El kairos transmitido de la poesía a la fotografía, donde alcanza su máxima expresión, se vería apartado, duro imaginaceptar una caosmogonia como esta.

Podría darse un uso diferente, pero estamos condenados a tan solo ver este. Frente al uso espectacular actual haría falta un decondicionamiento que hiciera “más televisable” la paz que la guerra. Haría falta una hoguera de grandes dimensiones donde quemar todas y cada una de las necesidades artificiales por las cuales trabajamos. Haría falta olvidar todo standard de supervivencia… Haría falta volver a ser capaz de pensar que la imagen de la felicidad puede ser la de 3 niños en una carretera en Islandia, en 1965.

La imagen liberada de toda imposición interpretativa. Un espacio de libertad plena para quien la mira. La misma libertad que me tomo yo con respecto a todos los autores que una vez revisitados bajo el soporte digital, me ceden parte de su tarea. A mí, lector-escritor-montajista. ¿Muerto el concepto de autor? No sé si muerto, pero evidentemente a dejado de funcionar. El plagio utópico. En una cultura de la recombinación, el plagio es productivo, aunque esto no signifique que haya que abandonar el modelo romántico de la producción cultural entendida como creación a partir de la nada. Si yo fuera Robinson Crusoe escribiría en mi isla desierta, escribiría de la nada y para nadie. Pero esto último ya es otro tema ¿O no?

Estamos atisbando una pretendida “democracia cultural” que podría tornarse en pesadilla, si llegamos al temor de que la humanidad se diluya en la corriente textual. Hoy día todo aquel que participa en la red, participa también en la interpretación y mutación de la corriente textual. Más que morir, el concepto de autor ha dejado sencillamente de funcionar.

La cantidad de imágenes que nos brindan los medios de comunicación es tan aplastante que la idea de producir más carece de sentido… La cantidad de textos existentes es tan aplastante que la idea de producir más carece de sentido. El digital, que se creyó en su día el medio definitivo para alcanzar esa utópica democracia cultural, en absoluto logro superar los escollos que le separaban del pueblo. Ese digital que podría reinventar y dar un uso diferente sigue casi en su totalidad anclado en las elites (habrá tiempo de ver excepciones y usos ejemplares). Vanguardia para todos…

¿Porque seguir hablando y escribiendo al respecto?. Si ya en 1928 Jose Val del Omar nos decía que la base de su teoría era que El cinema es el arte supremo de la experiencia. Que las columnas básicas de toda manifestación del arte, incluso, desde luego, la cinematográfica, son la verdad y la belleza siendo La verdad una belleza interna y La belleza una verdad externa… ¿Seguro que podría darse un uso diferente… para todos… sin elitismos… al alcance? Val del Omar no pudo disfrutar de las ventajas digitales para la producción de imágenes y de sonidos, mientras los poderes de Hollywood se apropiaban de este juguete para invadir el mundo con sus espectáculos de calderilla circense. El no pudo por tanto tratar de alcanzar esa democracia cultural con este medio, pero de todos modos hubiera seguido sumido en su exilio interior.

Me es también por tanto, complicado imaginar la ciudad de los siglos futuros… Y seguir con esto. ¿Regreso a la realidad; des-aparezco de los medios, recupero mi alma y reniego de mi imagen? ¿O espero a que mi alma pase a la grabación como hace el protagonista de “La invención de Morel”, aunque esto signifique mi muerte en el mundo real?


“Hay una cámara plantada sobre un trípode o sobre una grúa, que es exactamente como el altar del dios Baal: alrededor de ella, los grandes sacerdotes, que son los directores, llevan niños a esta cámara, en holocausto, y los echan a la hoguera. Y la cámara está allí, casi inmóvil, y cuando se mueve es siguiendo las indicaciones de los grandes sacerdotes y no de las víctimas”

Continuara…



(1)Declaraciones de Goebbels al respecto de la radiodifusión:"La radiodifusión es el medio más moderno y eficaz para influir sobre las masas (...). No lo ocultamos en absoluto; la radio nos pertenece a nosotros y sólo a nosotros; pondremos la radio al servicio de nuestras ideas, y de este instrumento no ha de surgir palabra alguna que no responda a nuestros ideales. La radiodifusión ha de tener los mismos objetivos que se ha impuesto el gobierno de la revolución nacional"

Han sido injustamente fagocitados y por ello entono el Mea Culpa; Chris Marker, Guy Debord, Fernando Pessoa, Bartebly el escribiente, Joseph Goebbels, Samura Koichi, Jean Baudrillard, Werner Herzog, Marco Maria Gazzano, Rudolf Arnheim, Jose Val del Omar, Fernando Cembranos Díaz, Jean Renoir, L. Silberstein, Camille Saint Saëns, Göran Sonesson, Critical art ensemble, Jorge Luis Borges, Roman Gubern.

4 comentarios:

Portinari dijo...

...nerea izango zen, ez zuen aldegingo...

hablas de la imagen, de la televisión, de la funcionalidad y del manejo de ciertos elementos, entre otras cosas, y a mí todo se me antoja superfluo, vacuo. Quiero decir, el hombre vive de pantomimas, y creo que lo has expresado muy bien Bash.
A mí realmente me amarga y me aleja este tema, hay quienes funcionan como un moco pegado a la tierra (siento la expresión).

Un saludo que lucha contra la vacuidad. Queremos pájaros con alas.

Bashevis dijo...

Portinari, ya se te echaba de menos. Has sabido continuar la letra, no me esperaba menos de ti :)

Continuara, y cada “frase” será un “capitulo”. Hay una inmensa mayoría que funciona como un moco pegado a la tierra. Un moco que vota, cotiza, manda y pilota. Si, la pantomima somos todos, aunque el infierno sean los otros, jeje. Pero a lomos del pájaro algunos nos preguntamos hasta donde llega la madriguera del conejo… No?

No reivindicaremos nada, no pediremos nada, tomaremos, ocuparemos.

Queremos y tenemos pájaros con alas. Pájaros turquesas con un solo ojo. Pajaros, arpías, dodos y avutardas.

Lo queremos todo y lo queremos ahora.

Salud faro.

Portinari dijo...

Siento el echar de menos:)
Saber continuar las letras es cosa de faros que cazan pájaros entre las olas para liberarlos al instante.

Hay que ser como el mar, tienes razón, has de tenerla; tomaremos y alcanzaremos.
Donde queda la madriguera del conejo es la eterna pregunta, hay que sentir sin embargo al pájaro bajo nuestras piernas para poder alcanzarla.

El infierno son los otros, por eso yo nunca quise ser "la otra".

¿Qué pasaría sin la pantomima?
Siempre nos quedarán los gorriones, las golondrinas, los petirrojos...

Salud Dodo.

Bashevis dijo...

Si, han hecho un rompeolas de mocos pegados a tierra (Atentos ¿Se puede llegar a plantear una imagen menos evocadora que esta? Jajaja).

Y si queremos transmutar nuestras olas en alas necesitábamos de tus aportes. El gorrión, la golondrina y el petirrojo.

Yo había nombrado a la avutarda, con sus 15 kilos de peso, jaja. Que antes que volar… corre.

Había mentado a la harpía. Esta sí, una rapaz enorme y poderosa, hasta el punto de estar considerada un superpredador (como el ser humano a nivel planetario)… pero, nadie le salva de ser un gigante en peligro de extinción.

Por último el dodo… el arquetipo de los extintos. Los borrados del mapa. Los caprichos. Un ave no voladora.