(Apuntes a ninguna parte II (Sans Soleil))
“Él me escribe desde Japón. Él me escribe desde África. Él me escribe que ahora ya puede evocar la mirada de la mujer del mercado de Praia, que sólo había durado lo que un fotograma”

La Jeanne D'Arc de Robert Bresson nos lee esta y otras tantas cosas. La Jeanne D'Arc de Robert Bresson. El cual dijo “La voz es también reveladora. Es decir, informa sobre el personaje mejor que la vista de ese personaje, porque lo que se oye es más revelador que lo que se ve de él y las dos cosas juntas se enturbian”. Y bien ¿Quién es en este caso el personaje? ¿Sandor Krasna? ¿La narradora? ¿Es la narradora quien recibe las cartas de Sandor? ¿O es Chris Marker quien las recibe? ¿O quizás sean Marker y la narradora la misma persona? Si es que quien envía las cartas no es Marker, ósea Sandor. En definitiva el método narrativo en Sans Soleil resulta novedoso, al partir del género epistolar (eminentemente subjetivo) y presentarlo mediado por una voz en off ¿Heterodiegética o Diegetica?
¿Y informan las epístolas leídas por la increíble voz de Florence Delay mejor que las imágenes tomadas por el camarógrafo Sandor Krasna? La preponderancia de lo visible sobre lo inteligible…Realmente sobre las imágenes de Sans Soleil hay una presencia constante de la palabra, pero no resulta una losa al no existir relación directa con la cosa representada. Desconocemos además el periodo que cubren las cartas enviadas, hay saltos temporalespaciales, y entre imagen y texto se crea una particular relación derivada de cierta discrepancia. La constante referencia a un tiempo remoto del texto se contrapone al “presente” mostrado por las imágenes. Y de este modo, como señala Wolfgang Ball, las imágenes son ligeramente trasladadas al pasado por las cartas y el pasado de estas se vuelve presente a través de las imágenes.
Se trata de encontrar una contemplación pura de las imágenes, ajena a la cultura del espectáculo y a la interpretación simbólica. Una imagen en la que queda desestimada toda imposición interpretativa por parte del autor… Una imagen, solo una imagen, desasociada de todo contenido simbólico, tan solo arropada por lo emocional. Sans Soleil responde a esa situación reivindicado la necesidad de mostrar a una imagen en tal que imagen, evidenciando los mecanismos de construcción, apelando al espectador como constructor de la imagen. De aquí podríamos llegar a una sinfonía visual. ¿No podríamos concebir una acción basada solo en la evolución de las sensaciones, como en la música? Si en 1911 ya se creía en que “cada color comunica un sentimiento y equivale a un sonido”, porque no trabajar del mismo modo con la imagen. ¿Pensamiento “acusmatico” aplicado a la imagen? O formulado de otro modo, pero buscando lo mismo (ese reiterado concepto de que cabe la posibilidad de un uso, creación y consumo diferente); el concepto PLAT (el ideal totalizador Picto-Lumínico-Audio-Táctil) del inquieto cinemista Jóse Val del Omar. Que en la España de los 50 trataba de explicar eso que hoy día seguiría sin quererse entender; diciendo al respecto de su invención (La Tactil-Vision) lo siguiente; la iluminación pulsatoria puede constituir el artificio de una super-visión. De una visión original… Val del Omar poseía y poseería una neopercepción olvidada por este país de injustos silencios (1). Alguien que ideo conceptos tan increíbles como el de “desbordamiento apanorámico de la imagen” no puede seguir siendo intrahistoria olvidada. Seguir viviendo, aun estando muerto, un eterno exilio interior.
La imagen es una reescritura de la memoria, Las imágenes representan y sustituyen. Pero también pueden dejar de ser una huella o un registro y pasar a ser contempladas, como quien ve un árbol sin filosofía. El secreto (japonés en este caso) supone la facultad de comunicarse con las cosas, de entrar en ellas, de ser ellas para un instante. Es decir, hace falta que sean por su parte como nosotros: mortales e inmortales. Una imagen, solo una imagen. Me ha mostrado unas imágenes de los acontecimientos de los sesenta tratadas por un sintetizador. Dice, con la convicción del fanático, que son imágenes menos mentirosas que aquellas que veo en la televisión. Al menos se presentan como lo que son, imágenes, y no como la forma transportable y compacta de una realidad que ya no es accesible ¿Están sustituyendo la verdadera historia?
La imposibilidad de vivir en la memoria sino es engañándola… Ogni realismo diventerá illusione e ogni finzione sembrerà vera. En Vértigo James Stewart se aproxima a una Iglesia Barroca verdadera, penetra en esta para subir una escalera interminable recreada en un estudio, y una vez arriba en la cima; se asoma para ver un escenario vertiginoso que no es más que un “mural”.
Vivimos entre símbolos en un grado mayor del que lo hacemos con nuestros cuerpos o directamente los unos con los otros. Si no recuperamos pronto el sentido, habremos perdido para siempre la oportunidad de construir alguna alternativa con significado a la pseudo-existencia que tomamos como “vida” en nuestra actual ‘Civilización de la Imagen’.
Cuanto más se ve la televisión japonesa más se tiene la sensación de ser mirado por ella”… Sinceramente, ¿se ha inventado algo más absurdo que decir a la gente, tal y como hacen en las escuelas de cine, que no miren a la cámara? La imagen que miras te mira. Y puedes evocar “esa mirada definitiva, de frente, que ha durado 1/24 de segundo, el tiempo de un fotograma” toda la vida.
Sans Soleil habla a cada uno de sus espectadores. Pablo Ferrando García presenta un aspecto clave al respecto. Al argumentar que “una de las claves de la modernidad cinematográfica radica en la manera en que se transforma el plano objetivo en subjetivo” dice que “Sans soleil, presenta esta transformación al mostrar miradas a cámara que van dirigidas directamente al espectador porque no hay sujeto posible en el espacio de la realidad diegética que pueda ocupar el punto de vista de este plano”. Habla a cada uno de los espectadores de un modo diverso, conectando un sinfín de entramados-vivencias-recuerdos de un modo personal y intransferible. Su visionado es una aventura única. Pirandello decía; “es necesario que el cine se libere de la literatura; ha de encontrar su verdadera expresividad y entonces realizara su verdadera revolución. Debe separar la narración de la novela y el drama del teatro. La literatura no es su propio elemento”. Este ideal de un “cine liberado”, verdaderamente cosmopoetico, encuentra en Sans Soleil una ejemplificación perfecta de su posible (y necesaria) realización.
Él dice que la materia electrónica es la única que puede tratar el sentimiento, la memoria y la imaginación…la democracia cultural del tiempo absoluto de la poesía en el medio electrónico. La Poetronica de la que hablaba Gianni Toti. Otro que reiteraba lo dicho por Pirandello con afirmaciones tan rotundas y acertadas como esta; el cine vive aun del prestigio de todas las demás artes o medios de expresión. De un modo parasitario, mientras sus planteamientos imitan la fabulación novelesca, todos los géneros literarios, todas las metáforas, las técnicas teatrales o los estilos pictóricos, arquitectónicos o musicales. Y la crítica no se arriesga a defender la misión, cultural y artística, de descubrir y inventar el pensamiento visual del cine, jugando el rol mucho más lucrativo, de divertir al mayor número de espectadores. El hecho es que el cine no es necesariamente eso que se piensa. El excesivo entusiasmo del público por el cinematógrafo como espectáculo, la idolatría de las vedettes, la fortuna de su desarrollo industrial, etc.
En el mismo ensayo Toti se pregunta ¿Porque no existe la poesía cinegrafica? ¿Porque no se ha utilizado la cinegrafia para escribir un ensayo con imágenes? A lo que se autoresponde aduciendo que los intelectuales y autores de cine aun no han entendido que se puede pensar y escribir con imágenes en movimiento, y que el pensamiento visual es diferente al verbal. En mi humilde opinión Sans Soleil posee esa Poética del cine de historias que se entrelazan y se cruzan reingresando sobre sí mismas. Una urdimbre a la cual se puede entrar por cualquier lado. Que trata la imagen de forma liberada. Como en esa novela de Flann O'Brien; el cual no concebía Que un libro tuviese un principio y un final, y creía que un buen libro puede tener tres aperturas completamente distintas e interrelacionadas tan sólo por la presciencia del autor, o en realidad cien veces otro tanto de finales. La película termina preguntándose si habrá algún día una última carta. Entonces mi reproductor tiene activada la repetición automática y vuelvo a la cita del Bayaceto de Jean Racine. El eterno retorno, el eterno ahora.
Es el fin de la jerarquía y la linealidad. Bienvenida sea la multilinealidad, los nodos, nexos y redes… Un juego puesto en práctica de forma más evidente por Marker, en el trabajo DC-Rom Hipermedia (una integración de hipertextos y de hiperimágeness en un mismo sistema articulado en un tejido no secuencial de conexiones y asociaciones que permiten al lector un amplio abanico de posibilidades de consulta y moverse con gran facilidad entre ítems relacionados) "Inmemory", de 1996. Un ¿Libro electrónico? ¿Postlibro? Galaxia Gutemberg… dijo Marker que con este trabajo esperaba que aquí se encontraran los suficientes códigos familiares, como para que, imperceptiblemente, el lector substituya mis imágenes por las suyas, mis recuerdos por los suyos; y que mi Inmemoria haya servido de trampolín a la suya para su propio peregrinar en el Tiempo recuperado". Es una visión del mundo que se ha objetivado… ¿Puedo llegar a pensar que la imagen de la felicidad puede ser la de 3 niños en una carretera en Islandia, en 1965?
Recientemente me sorprendí a mi mismo viendo cada cierto tiempo Sans Soleil de una “manera Hipertextual”. Revisitaba la película (y el texto de esta) viendo/leyendo aleatoriamente partes de la misma. Realmente estoy imbuido en la cultura y costumbres del hipertexto. Hoy día se leen cuatro libros a la vez, se los tiene apilados. ¿Nos acostumbramos a leer hipertextualmente, tal como hojeamos en el Google?
No leemos una entrada completa sino que tenemos varias pantallas abiertas y saltamos de una a otra. Si usted quiere, es el mismo tipo de lectura que está germinalmente en la tapa de un diario en papel, con cinco o seis artículos en un mismo plano, pero aún más compleja en Internet, dado que cada noticia puede tener su link. Sin embargo, lo que hoy asoma es una nostalgia de la vieja experiencia de inmersión en la lectura lineal. Nuestra vida entera es hipertextual e hiperactiva.
Señoras y señores; Hemos inventado un medio de intercambio de información complejísimo, que incluye a todos los demás y, en el proceso, los transforma (2)
Cierto es que no hay obra de arte o filosofía que se acabe ella sola en sí misma, en su ser-en-sí. El caso de Sans Soleil es extremo, genera un sinfín de conexiones cerebrales (sentimentales e intelectuales) siempre renovables en cada revisionado. Es un hipertexto en constante expansión, la espiral del tiempo. Sorprende leer a Wittgenstein explicando tan bellamente ciertos aspectos referentes al proceso de trabajo y construcción del pensamiento; La naturaleza de la investigación nos fuerza a viajar por un amplio campo de pensamientos entrecruzados en todas las direcciones…Las observaciones filosóficas de esta obra son como diversos esbozos de paisajes hechos en el curso de esos largos y comprometidos viajes. Se abordan una y otra vez, desde distintas direcciones, los mismos puntos y otros casi iguales haciendo cada vez nuevos esbozos. Muchos de ellos fueron mal dibujados o eran poco característicos, con todos los defectos de un mal dibujante. Tras rechazarlos, quedaban unos cuantos tolerables, que ahora tenían que ordenarse, y a veces cortarse, de modo que si uno los miraba, podía obtener una imagen del paisaje. Así que, en realidad, este libro no es más que un álbum.
Como bien señala Adolfo Vásquez Rocca; Wittgenstein en las últimas frases se traslada de la forma literal de su presentación para intentar ilustrar el proceso de su trabajo utilizando una metáfora compleja sacada del modo visual de representación. El escritor es presentado como un pintor. Interesante. El escritor como pintor. El director de “cine” como escritor. El pintor como músico.
Sans Soleil también es un álbum. Un cuaderno de viaje, un ensayo, un diario. Las imágenes no son las huellas de un pasado (la filmación) sino las huellas de un presente (la contemplación) que justo en ese instante desaparece… El espectador como editor-montajista ante Inmemory, Sans Soleil, Level five, etc.
Sans Soleil es un laberinto, imagen del caos. Un elemento con un orden complejo, que lúdicamente predispone al espectador al placer de perderse. Sentirse superado, saturado, desconectado de cuanto acontece porque la mente está trazando sus propios caminos. El placer de perderse enfrentado al placer de encontrar la salida. El conocimiento onírico frente a la fábrica de ensoñaciones. Diversión sobre evasión.
¿La cantidad de textos existentes es tan aplastante que la idea de producir más carece de sentido? Hombre, si pensamos que en 1944 ya hablaban de este modo; Huir de nuestros destinos para echarnos en brazos de la adormidera de la ficción, tanto puede llevar al hombre a la superación como hundirlo en la negación de su propia personalidad, al habituarlo a la morfinomanía de suplantar con las delicias de los "fabricantes de sueños" el dolor verdadero de nuestras horas ciertas, nos daremos cuenta de que ya entonces nos hablaba de lo que hoy se llama Realidad Virtual, aunque Val del Omar no persiguiera su efecto hipnótico y engañador, sino todo lo contrario.
Todo lo contrario.
Si Recordar es mentir, rememorar es hacer un puzle al que faltan piezas y compartir viejos momentos es elevar a mítico un falso pensamiento… escribir es releer un texto anterior, es reescribirlo… Y habría pasado toda mi vida tratando de comprender la función que tiene recordar, que no es lo contrario de olvidar, sino más bien su funda. Nosotros no recordamos, podemos reescribir la memoria como podemos reescribir la historia. ¿Cómo puede uno recordar la sed?
Si un objeto está muerto cuando la mirada que se posa sobre él ha desaparecido. Cuando llegue la primavera, si ya me he muerto,¿ florecerán las flores de la misma manera? y ¿los arboles no serán menos verdes que la primavera pasada?. La realidad no me necesita…Nulla rosa est. Sans soleil es un film de resistencia, pues apela a la emoción de la palabra "primavera", es decir, a la imagen pura liberada de toda suerte de simbolismo…
Repito entonces ¿Podría responder por tanto ahora a la pregunta de si con esta revista ponemos en el punto de mira “la vida simbólica”? I would prefer not to. Los símbolos son esenciales para el desarrollo y mantenimiento del orden social. El conjunto de símbolos representa el orden social y el lugar del individuo en él, una fórmula que siempre deja sin cuestionar la aparición de este supuesto “acuerdo”. Se prefiere (prefieren que prefiramos) la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad. ¿ Es nuestra caída desde una simplicidad y la plenitud de la vida experimentada directamente, la que deja un hueco que lo simbólico nunca puede cubrir? Esto es lo que siempre está siendo tapado por capas de consuelos culturales, caminos civilizados que nunca recuperan la totalidad perdida. En un sentido profundo, sólo lo que se reprime se simboliza, ya que sólo lo reprimido necesita serlo: la magnitud de la simbolización testifica cuanto ha sido reprimido, enterrado, pero posiblemente aún recuperable.
Posiblemente aún recuperable…El rio de mi aldea no me hace pensar en nada, quien se encuentre a su lado, solo a su lado está.
Él escribió: he estado alrededor del mundo varias veces y ahora, solamente la banalidad me interesa aún.
Decir que todo el mundo es especial, es otro modo de decir que nadie lo es. Decir que todo texto es original, es otro modo de decir que ninguno lo es.
Continuara…
La Historia tira por la ventana sus botellas vacías.

(1) “Toda la filosofía sobre medios de comunicación audiovisual que hoy descubre el profesor más cotizado por las universidades norteamericanas; Herbert Marshall Mcluhan. Coincide con mis viejas ideas sobre percepción táctil”. Palabras del cineasta más cotizado del mundo futuro invertido. Y esto ya es simplemente genial. Florián Rey se lamentaba en 1928 de la escasa atención que se prestaba a este joven cinemista con estas palabras: Si este señor fuese yanqui toda la Prensa de allá le hubiera dedicado planas y más planas, y los periódicos españoles hubiesen recogido esas noticias y las hubieran comentado con toda extensión. Pero como este muchacho no es neoyorquino y sí nacido en Granada, para ustedes tiene este asunto menos importancia que las confesiones de Mariquita Gómez o de Alfredito López, pongo por caso de rutilantes estrellas cinematográficas de este aburguesado firmamento español. Parecidos los argumentos y miedos del poema “Cinema y cinema” de Vladimir Majakovski. El cual decia 6 años antes, en 1922, cosas como estas; “Para vosotros el cine es espectáculo/para mi es casi una concepción del mundo/es portador de movimiento/rejuvenece la literatura/demoledor de la estética/ el cine es audacia/ el cine es un atleta/el cine es difusión de ideas/pero el cine está enfermo/ el capitalismo le ha lanzado a los ojos un puñado de oro…”
(2) Derrick de Kerckove dijo “La radio creó la gran reestructuración de identidades que tuvo lugar en Alemania, Francia, Inglaterra e Italia. En el mundo de la radio, la agenda de control, de lenguaje, es una agenda personal [la lleva un sólo individuo]: un gran hombre, un dictador, un Hitler, un Mussolini, un Khomeini. Mientras que la agenda de la Red es la de una jefatura tribal: es un lenguaje compartido, no impuesto". ¿Seguro que es No impuesto? Somos los primitivos del futuro.
Han sido injustamente fagocitados y por ello entono el Mea Culpa; Chris Marker, Florence Delay, Sandor Krasna, Germaine Dulac, John Zerzan, Robert Bresson, Vasili Kandinsky, Fernando Pessoa, Jorge Luis Borges, Bartebly el escribiente, Gonzalo de Lucas, Luigi Pirandello, Adolfo Vásquez Rocca, Lugwig Wittgenstein, Marco Maria Gazzano, David Howes, Pablo Ferrando García, Gianni Toti, Critical art ensemble, Ludwig Feuerbach, Flann O’Brien, Antoni Mercader, Robert Coover, Wolfgang Ball, José Val del Omar, Cristóbal Simancas
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