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Trobriandeses
2 comentarios:
Arden, a partir de cada una de estas fotografías podría escribir un pequeño cuento. Me estoy preguntando si lo intento. Qué entrada tan dulce y estremecedora. Y le pusiste a John Campell de soundtrack (¡no tenés derecho a dar la estocada de esta forma!). Casi ninguno de los fotografiados miran a la cámara y los que la miran parecen, no obstante, mirar más allá (como la madre y sus dos criaturas desventuradas). ¿Te das cuenta de que el perro parece mirar, hacia arriba, un paraíso perdido? A mí se me hacen todos ellos desventurados, salvo, quizá, el perro que busca en las alturas. El bebedor parece Dostoievski y sus ojos han sido atrapados por el demonio. ¿Quién es el fotógrafo? Las fotos no serían lo mismo sin estos marcos que se contraponen tan barrocamente con la simplicidad de las tomas. Me encanta que uno de ellos aun tenga medio pegado y medio suelto el sticker con el número que lo identifica (¿para ponerle un precio?). No hay precio que ponerle a esto. Besos capturados en daguerrotipos.
Cierto. Se puede escribir un cuento con cada uno de ellos, yo también lo pensé en su día. De hecho pensé abrir una islita que se basara en eso. Reflexiones en torno a fotos banales y anónimas.
He observado estas fotos cientos de veces, no dejan de sorprenderme. Precisamente por lo que tú dices; “partir de cada una de estas fotografías podría escribir un pequeño cuento”… es lo mismo que admitir que cuando les miras sientes la impresión contrapuesta de perpetuar su anonimato y a la vez desear escribirles un cuento, engalanarlas, saber más, conocer de ellos.
Claro, hay cientos de daguerrotipos, pero no todos tienen este tipo de marcos. Por ello las elegí.
Además, deberías saber una cosa, uno de ellos es Phineas Gage. Un don nadie más.
El perro está arriba, el primero, como no podía ser de otro modo. Primero los más puros, después el humano.
Inténtalo Morgan. Ahora te subo una cosita de regalo. Ya me dirás que te parece.
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