viernes, 20 de mayo de 2011



¿Puede un panfleto de una docena de páginas ser el germen de una “revolución”?

Supongo que cada generación tiene la “revolución” que se merece. La nuestra, como todo lo que nos rodea, es quizás una “revolución”-basura.

¿Cómo eran antes las “revoluciones”? ¿Cuál es el contraste a esta basura? No lo sé.

¿Una "revolución" Nocilla?

Ahora que Marx es un superventas, con tapa blanda en edición de bolsillo. Ahora que un periódico de tirada nacional lo regala con un pela-ajos.

Ahora que disfrutamos en y con la basura, haremos una “revolución” pop, con un máximo de 140 caracteres (con espacios).

Las comparaciones son odiosas.

Toda generación quiere vivir su “revolución”, tiene derecho a vivirla. La revolución del 17, la francesa, la "revolución" del pela-ajos o los frigoríficos no-frost.

Menos mal que estamos muy formados, muy formados en la basura, por la basura, inmediata. ¿La marca en nuestra frente es la de Caín? ¿Somos el sistema, ya no hay donde huir?

Quizás también podríamos hablar del derecho a la violencia, ¿o no? Creo que no, de eso mejor no hablar.

¿No?

Vivamosla.

2 comentarios:

Stalker dijo...

lúcido como siempre, Bash...

tenemos que darle un par de vueltas a esto,

desde luego, me apetece poco participar en la revolución-basura, la revolución Nocilla, Google 2.0, la gran farsa revolucionaria de diseño,

además, las reivindicaciones son para tener derecho al pastel. Se pide trabajo, derechos, reformas. Ni una palabra de cambiar el marco, de subvertir el ponzoñoso marco,

repugnante, hermano,

¿o es que somos demasiado desconfiados?

Bashevis dijo...

Si, seguramente somos demasiado desconfiados.

las reivindicaciones y sobre todo algunas de las "formas" son ingenuas y desafortunadas. indoloras. no quieren ver el castillo de naipes, van quitando ramas, nada más.

como válvula de escape esta bien, pero nos llenamos la cara de humo... y ya no leemos ni el panfleto, nos basta con slogans, revolución zen, minimal.

el ente abstracto que se señala, es nuestro puto cerebro, nuestro podrido corazón de hojalata.

y esta "revolución" es ya una píldora de descontento consentido, hartazgo "espectacular" en vivo y en directo. disidencia asumida. malditas reformas que perpetúan las normas.

trivialidades varias, asteriscos, twitters, noticias sobre nada, y nada sobre noticias, herramientas controladas y de control.

bla, bla, bla...

yo que se