sábado, 13 de noviembre de 2010

La golondrina. Ha vuelto a pasar, ha salido del barrio, está huyendo.

Este texto se escribe en directo, es un murciélago, ahora es un murciélago. Son dos, me están viendo. Bailan delante de mi ventana, y un avión pasa y lo siento. Ya no hay nada rosa en el cielo, solo la pared de la vecina me recuerda el color, el sentimiento… nos están fumigando, van a estar en lo cierto.

Pasan dos gaviotas, lentas, pesadas. Una vez, hace poco, ya adulto, podrido, caducado por dentro… vi un pájaro y sentí un estremecimiento. Volaba lento, tranquilo, con tiempo. Volaba hacia dentro, y vi el volar en su mismo surgir, el movimiento. Que lento volaba, lo recuerdo.

Y siguen pasando, son murciélagos. Pequeños murciélagos juguetones.

He puesto Mikel Laboa para amansar el minuto, encerrado en el refugio, el triangulo recién comenzado el invierno. Siguen pasando, quizás vuelva en otro momento.


1 comentario:

Stalker dijo...

cómo te gusta lo bueno

y yo lo celebro