En Trobriand no hay besos

Mi amor, tus orejas son de cartulina.
Por eso te escribo sobre ellas: mi amor.
En el subsuelo de la madrugada
tus ojos circulares se hacen cinta,
se hacen mirilla devota de chinito.
Resisten el cansancio para acompañar.
Son activismo de alta intensidad, sin manifiestos.
Cambié la medicación por tu cheek to cheek
sobre mi almohada.
Hemos hecho de la cama una cucha.
En eso, posiblemente sólo en eso,
sé sin usar el cerebro que no estuve
equivocada.
El cerebro es un electrodoméstico.
Ya no me pego a los auriculares.
Me sedan los colores de tu respiración.
De mi útero extraviado cae un perro.
Lo que se ama es acto de parir.
Enlazo a las pecas tibias de tu panza,
tu soberana panza de gordo que va al arco,
mis articulaciones de mamífera ilustrada.
El siglo de las luces es tu rabo y mi padre,
mi padre con mi útero,
se mudó a tus músculos pequeños.
Debieran arrancar las cruces de los quirófanos.
Mi biblia está en tu reino. Es sensorial.
Debieran hacer cuchas de las camillas.
Pasar tu saliva por los sueros.
Napoleón fue un imbécil.
Napoleón fue un esclavo.
Dame la trayectoria de tu pelota verde.
Díganle a los niños que esto es cierto.
Perdón por no tener tus patas,
por abrir la boca para hablar.
Por no saber corresponder como se debe
tus radicales besos de lengua hasta mi esófago.
No vine preparada para estar a tu altura.
Porque me cuelgan las palabras
como baba,
incurro en la ridiculez de hacer proyectos,
uso cubiertos para morder las papas,
digo "yo".














Aqui se gesto el milagro:

http://pajarodechina.blogspot.com/

:)

Mariel es la heredera de Diógenes, es una poeta perro, es una personita perro, y espero que acabe siendo un perro ná más, para que pueda lamernos las heridas, las manos cansadas…

Mariel ha parido a Panchito, no hay dudas al respecto. Mariel lo ha parido, igual que ha parido al resto, son todos tan imperfectos, ignorantes y completos, que solo han podido ser paridos por el amor de Mariel, por sus adentros…

A Panchito lo hemos parido todos, parece un Bulldog Frances, podría ser cualquier perro. Los hemos manipulado, diseñado a nuestro antojo. Los hacemos esbeltos, cabezones, con cola o sin ella. Los hacemos imposibles, enfermizos, encantadores, sumisos, vivos o muertos. Hacemos lo que queremos, y aun así no podemos mover la piedra fundacional de su ser, y siguen siendo inalcanzablemente puros. Seguiremos mezclándolos, fecundándolos in vitro, seguiremos criándolos como recursos, productos, esclavos… pero aun así, aun habrá quien pueda parirlos, quien pueda vivir con ellos, no tenerlos, tenerse ambos… habrá quien como Mariel, no necesite fecundación in Vitro para parir a Panchito. Con su corazón sangrante, arrugado, comestible, como todo corazón que se precie, ha dado a luz este texto. Acojonante, acongojante.

Y todos decimos yo, mecago en dios.