jueves, 15 de abril de 2010


















Lo confieso: odio profundamente a un grupo de personas que han de reunirse en Sitges del 3 al 6 de Junio. Y creo, padre, que deseo su muerte, inminente, ininterrumpida, uno a uno.

¿Inhumano? No, más bien lo contrario, esto es un sentimiento muy muy humano, no cree? Padre, veré que puedo hacer, rezare para que todo vaya bien, y podamos algún día librarnos de ellos. Acabar con ellos...

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