viernes, 2 de abril de 2010














Hacia fuera, en dirección a la ciudad, la arena presenta una muralla inanimada. Hacia dentro levanta una muralla de hombres. Todos los presentes dan la espalda a la ciudad. Se han desprendido de la estructura de la ciudad, de sus murallas, de sus calles. Mientras dura su estancia en la arena les tendra sin cuidado lo que ocurra en la ciudad. En ella dejan la vida de sus relaciones, de sus normaas, de sus costumbres. Su estar juntos en gran numero se halla asegurado durante cierto tiempo, su agitación les ha sido prometida, pero bajo una condición realmente decisiva: la masa deberá descargar hacia dentro.

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