domingo, 5 de julio de 2009














Juraj Herz nació el 4 de septiembre de 1934 en la ciudad de Kezmarok (actual Eslovaquia). Su figura esta hoy día olvidada por la historia oficial del cine, que apenas recoge información sobre su persona en las principales monografías accesibles en la actualidad. Con casi cuarenta películas en su haber, Herz sigue siendo un total desconocido en nuestro país, ya que la distribución de su obra es tan deficiente que apenas uno puede hacerse con una opinión general sobre su carrera si tan solo ha visto el 20 por ciento de sus creaciones. 35 años de trabajo (a caballo entre Praga, Eslovaquia, Alemania y Francia) que nos llevan a rendirle un pequeño homenaje a modo de reseña biográfico-filmográfica partiendo de varias entrevistas personales y material disperso de diversa procedencia.

Sin duda se trata de un director imperfecto que puede quizás ejemplificar la difícil situación del artista “en todo sistema político que utiliza la cultura como arma, y en donde el director (en esta caso) se enfrenta continuamente a trampas destinadas a comprometerlo, a destruir paulatinamente su integridad y, por ende, su identidad” (1). Y eso que el suyo no es el caso más agudo de director políticamente enfrentado al régimen, sino que simplemente, incluso cuando trataba de evadirse de la política rodando “cuentos de hadas”, la censura (o en la etapa final los editores o productores televisivos) veía cosas que cortar y cercenaba una y otra vez su creación, dejándole una sensación constante de insatisfacción respecto al resultado final.


“Actuar siempre fue importante para mí, ser director fue solo un medio para actuar”


A principios de los 60, nació en Checoslovaquia el movimiento de la Nueva Ola (Nova Vlna), el cual puede englobarse en el genérico Nuevos Cines (de “nuestro” este); precedido por la aparición de ciertas renovaciones estilísticas en el mundo teatral y literario del país. En todos los campos se apreciaba cierto rechazo a las formas de estructuración clásicas (y por añadidura al sistema). Así se percibía en el teatro experimental, en los relatos de Kundera o Hrabal y por ende en el cine que comenzaron a desarrollar Vera Chytilova, Jan Nemec, Jaromil Jires, Jiri Menzel o Milos Forman (2). Este último, el mas “popular” representante de esta corriente, daba tras el estreno de su primer largometraje (“Cerny Petr” 1965) la pista de por dónde iba el movimiento en la siguiente declaración: “Objetivamente, podemos decir que la condición ideal para que una obra de arte pueda triunfar es la total independencia de los burócratas y la conciencia de una absoluta responsabilidad individual.” (3)


En 1962 el partido comunista checoslovaco celebro su XII congreso, estableciendo unas bases que dejaban atrás el conservadurismo precedente de fines de los 50, el cual ya había sido combatido en las aulas del FAMU (Facultad de cinematografía de Praga) previamente, por los directores de la generación de los 50, que entonces ejercían como profesores de quienes pronto conformarían el movimiento de la nueva ola. Otakar Vavra, Ján Kadár, etc, defendieron en mayor o menor medida una libre enseñanza en la facultad, que resultaría decisiva en las generaciones venideras. Con la apertura y la libertad casi plena del 62 se dio el boom de la nueva ola checa, cuyo culmen se daría en enero del 68, cuando oficialmente da comienzo la primavera de Praga. Alexander Dubček puso entonces en práctica el llamado socialismo con rostro humano, frente al sector conservador alineado con Moscú que pretendía redirigir la dirección nacional. En este corto periodo de autocritica y lenta pero progresiva apertura, se dio un momento de libertad que vería su fin con “La invasión de Praga” por los tanques soviéticos la madrugada del 20 al 21 de Agosto de 1968. La URSS puso en práctica la doctrina Brezhnev, interviniendo militarmente en estados satélites a fin de reforzar su influencia. Depuso a Dubček (al cual “secuestro” hasta reconvertirlo y obligarle a firmar un compromiso en Moscú) y coloco a un hombre de confianza. La sumisión del ex secretario del partido daba por terminado el sueño. La posibilidad de una tercera vía se había entrevisto en Checoslovaquia, “occidente” cayó ante la invasión de los tanques soviéticos, quizás era mayor el peligro en “el maldito 68” de esta tercera vía que de un comunismo soviético en horas bajas.


Ocho meses había durado la efímera primavera.


La pertenencia de Herz a la ya mentada Nueva Ola es algo a plantearse sin duda alguna. El mismo ha comentado en varias ocasiones su escaso sentimiento de vinculación a este movimiento aduciendo razones personales. Pero sin embargo colaboro en el año 65 en la película fundacional del movimiento, “Perličky na dně” (Perlitas en el fondo), con un capitulo posteriormente eliminado del metraje final, junto con el realizado por Ivan Passer, a fin de ajustar la duración total en lo posible. Según cuenta Herz, Passer se mostró partidario en primer lugar de sacar su parte de la historia, y Herz hizo lo mismo al ser su historia la más larga y compleja en comparación con el resto (en cuanto a numero de personajes, etc.). Esta primera obra de Herz responde al nombre de “Sberné surovosti”, una adaptación del escritor Bohumil Hrabal (como todos los capítulos del film conjunto en torno a la novela del 63 Perlas en el fondo (4))Y se pudo ver junto a “Fádní odpoledne”, de Passer. Al parecer “Perličky na dně” no fue un éxito de público, se estreno un número muy limitado de copias, y tan solo años después a raíz de la fama de Hrabal logro cierta “repercusión” internacional. En cambio la obra de Herz-Passer se pudo ver como previa a una película alemana convencional de detectives, por lo que finalmente quizás llego a más gente que la propia obra inicial.


La formación de Herz corre en un principio paralela a la del magnífico artista Jan Svankmajer. Más allá de la casualidad de que ambos nacieran el mismo día del mismo año, los dos estudiaron el arte de las marionetas en la academia de artes escénicas de Praga entre 1954 y 1958. También ambos realizaron el servicio militar juntos y al igual que Jiří Menzel, Jan Roháč, Vladimír Svitáček, Ladislav Rychman o Milos Forman, comenzaron a trabajar en el Teatro semáforo (5).Herz incluso actuó en la opera primera de Svankmajer “The Last Trick of Mr Schwarzwald and Mr Edgar” del 64 y posteriormente en “The Flat” ya en 1968 (6). Finalmente los últimos pasos de su formación los dio como asistente de dirección en los estudios Barrandov, junto con Zbyněk Brynych (en “Transport z raje (Transport to Paradise) de 1962) y con Ján Kadár y Elmar Klos en la afamada “The Shop on the High Street” (1965), ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa en el 66.


Debido a su formación Herz comenta que sintió cierto menosprecio por parte de sus compañeros de generación al ser considerado un artista de las marionetas y no un director de cine. El resto de implicados en la nueva ola se habían formado en el FAMU (Facultad de cinematografía de Praga), y Herz tuvo que decantarse por las marionetas tras fracasar en las pruebas de acceso como actor. Años después, ya en El Semáforo, dirigió algunas obras teatrales, pero su interés seguía fijándose en el cine, hasta que en el 61 consiguió un papel en el film de Brynych “Každá koruna dobrá”, en el cual además ejerció de asistente del director por vez primera, para después pasar otros dos años con Kadar. Esta formación le alejaba del resto de colaboradores en “Perličky na dně”, y cuando Jaromil Jires comento al grupo la inclusión de Herz en el proyecto, este se topo con el rechazo de todos excepto Eval Schorm (y el propio Jires evidentemente). Al parecer Jan Kadar intercedió a su favor y se responsabilizo de su parte, pero aun así quedaba todavía un duro golpe por recibir. Las filmaciones dieron comienzo y todos trabajaron con el director de fotografía Jaroslav Kučera (7), hasta que finalmente le toco el turno a Herz y este no quiso trabajar con él, por lo que tuvo que recurrir a Rudolf Milič, el cual había colaborado con Ján Kadár en “Obžalovaný” (El acusado, de 1964).


Teniendo en cuenta que la mitad de su obra ha sido realizada en Alemania, tras emigrar a fines de los 80. Y que sus películas del periodo de la Nova Vlna carecen del contenido político evidente que si tienen las de sus contemporáneos Jan Nemec o Vera Chytilova. Su filiación a la nueva ola resulta por tanto cierta pero anecdótica y es dentro de esta un personaje menor, de segunda fila, apenas reseñado en los textos especializados en el tema (“The Czechoslovak New Wave” de Peter Hames y “Closely Watched Films” de Antonín J. Liehm’s por ejemplo. O más recientemente, sorprende su no mención en el libro “Vientos del Este”, una retrospectiva dedicada a los nuevos cines en los países socialistas europeos de 1955 a 1975, publicado por el Festival de cine de Gijón).


Dos años después de “Sberné surovosti”, Herz realizo su primer largo en solitario; “Znamení raka” (The Sign of Cancer, 1967). Un atípico drama detectivesco para la época y el momento. La película era una adaptación de una novela de Hanka Bělohradská “Poslední večeře” (The Last Supper, 1966), la cual había llegado a sus manos gracias a Zbyněk Brynych, cuando trabajo junto a el como asistente. La cinta hoy día es imposible de encontrar y parece tratar de un caso de asesinato en un hospital (la escritora era enfermera) donde las tensiones entre pacientes y residentes se disparan, con el problema añadido de los ascensos de partido por parte de los comunistas y los distintos problemas de los profesionales del sector (lo cual, según comenta Herz, le interesaba más que el propio caso de asesinato, que tan solo funcionaba como cataclismo que desenmascaraba las relaciones personales). Finalmente la película debió sufrir las protestas del colectivo de médicos, que recibieron con irritación la actuación de Ilja Prachar como doctor-comunista insuficientemente cualificado, y lograron su prohibición. Su filmación parece ser que fue posible gracias a la intervención de un doctor amigo del actor principal, Zdenek Stepánek, el cual tampoco quedo contento en absoluto con el resultado final (aun considerándolo una obra de arte plena), ya que en su opinión se mostraban cosas que el paciente no debía conocer. A todo esto debían añadirse las múltiples escenas eróticas (una masturbación y una violación por parte de un medico) que complicaron aun mas su distribución y forzaron a Herz a re-filmar estas últimas escenas en Italia para un productor del lugar, si bien luego no pudo editarlas y según comenta el no ha visto jamás la versión final definitiva.

Al año siguiente, ya en “el maldito 68”, Herz saco adelante dos proyectos totalmente distintos. Su más reconocida película “Spalovac Mrtvol” y la comedia musical “Kulhavý dábel”. Esta ultima (The Limping Devil), estrenada en septiembre del 68, es un proyecto cercano a la comedia musical, cercenado desde un principio por la censura. Herz convencido de su buen hacer, creo un papel a su manera para el personaje principal, un obsceno diablo que desde el inicio del guión se topo con las tijeras que coartaron totalmente los deseos del director, que incluían varias escenas eróticas, etc. Herz desistió y prefirió no seguir con el proyecto de este modo, pero debía cumplir el contrato con los estudios Barrandov, que ya tenían el set preparado y necesitaban quien la filmara. Así que finalmente la realizo a regañadientes y no quedo para nada satisfecho con el resultado final, que nada tenía que ver con lo que había buscado en un principio. De hecho el mismo ha expresado posteriormente su escaso interés por el género musical, afirmando que tan solo le gustan cuatro piezas de este género (“Cats”, “My Fair Lady”, “West Side store” y “Hello, Dolly”) al cual tuvo que volver en el 74, tras rodar “Morgiana”. Cuando, sin trabajo ni ofertas, se le ofreció la realización de un film cercano a la clase obrera y realizo “Holky z porcelánu”. Basándose en la novela de Jaromíra Kolárová, Inventura u Světlušek (Inventory at Světlusky). Al parecer el resultado tampoco gusto y le acusaron de presentar a las trabajadoras como prostitutas, prohibiéndole colaborar de nuevo con Kolárová.


Como ya hemos apuntado, en el 68 salió también adelante su proyecto mas celebrado; “Spalovac Mrtvol” (Conocida en el estado español como “El incinerador de cadáveres” o “El cremador”. La cual logro la medalla de plata, el premio al mejor actor y al mejor director de fotografía, en Sitges en el año 1972). La película se basa en la novela homónima de Ladislav Fuks, con quien se reunió Herz para trabajar en el guión durante un par de años en los cuales gozo de cierta libertad creativa que pronto se vio cercenada, tras ser prohibida la película al poco tiempo de su estreno. Forzando así la precaria situación de Herz, el cual salió de Praga rumbo a Eslovaquia tras recibir una oferta para filmar el telefilme “Sladké hry minulého léta”, una adaptación de Guy de Maupassant. “Spalovac Mrtvol” es una pieza maestra de terror psicológico expresionista, con un protagonismo estelar y maravilloso del querido Rudolf Hrusínský en el inolvidable papel de Kart Kopfrkingl. Un personaje que se graba a fuego en nuestras retinas con sus insoportables tics, manías y gestos, conformando uno de los personajes más grimosos y inolvidables de la historia del séptimo arte.


En la entrevista realizada por Ivana Košuličová a Herz, esta le pregunta por los posibles referentes visuales y arguméntales (en relación a los personajes enfermizos y esquivos) de la película, refiriéndose al expresionismo alemán y a Hitchcock entre otros. Herz afirma haber visto sus películas, y obras de Bergman o Sjostrom, no sin ciertas dificultades, en las salas del proyección del FAMU a las cuales en principio no podía acceder al no ser alumno de la facultad. Estos son algunos de los nombres que pueden venirnos a la mente tras verla. También es posible observar similitudes, en la forma de utilizar un sinfín de recursos visuales y compositivos, con sus contemporáneos; Jakubisko, Jires, etc. Pero no debe obviarse otro componente de vital importancia en el resultado final, como es el humor negro, negrísimo, que al parecer fue recibido de manera muy distinta allá donde la película fue exhibida.


Herz dice concebir la película como un thriller psicológico, pero dando una gran importancia al humor. Por ello no está del todo de acuerdo con la consideración que de el se tiene, como director de películas de terror. Admite que el humor equilibraba la balanza y permitía en muchos casos pasar más fácilmente los controles de aprobación de la censura. Y llega a comentar la necesidad de este como forma de dar un respiro al espectador, que de otro modo acabara riéndose en escenas no concebidas para ello. Resulta quizás polémico tratar con humor temas como este, pero en su caso está alejado de todo cinismo o provocación. Herz sufrió los tormentos de los campos de concentración, y estuvo recluido en Ravensbruck (8) a la edad de 10 años. Ha vivido por tanto directamente el acoso de la propaganda nazi, el holocausto, y todo aquello que en esta obra se refleja
.
Al parecer la adaptación es bastante respetuosa con el original y logra un equivalente visual con el cual plasmar la progresiva degeneración del personaje, gracias al destacado trabajo realizado en infinidad de campos. La dirección de fotografía de Stanislav Milota es especialmente reseñable. Con un portentoso uso de primeros planos cerrados y rápidos, ya desde la primera escena, dotando de un ambiente enrarecido. O la cuidada utilización de planos subjetivos, ojos de pez-juegos de espejos o incluso un gran angular. Además de una peculiar y trabajadísima forma de planificar los planos y las puesta en escena. Y el desarrollo de las transiciones, haciendo uso en estas últimas de otro de los aspectos destacados del filme; la música de Zdenek Liska (omnipresente y brillante compositor del cine checoslovaco). La película fluye en una sucesión de situaciones que enlazan mediante cortes con primeros planos cerrados, que pasan a otro momento y lugar, a planos mas ensanchados, siempre con la música funcionando a modo de enlace. Esta técnica acaba finalmente aportando cierta desorientación positiva al relato. La música juega un papel determinante a lo largo del relato, e incluso se permite introducir dos personajes –uno alemán y el otro checo- llamados Strauss y Dvorak.


La película nos narra el proceso de degeneración ideológica de un trabajador de un crematorio, y su progresiva filiación a “el partido”, apoyándose en ciertos condicionamientos ideológicos derivados de su pasión por “El libro tibetano de la vida y la muerte”. Que le lleva a verse como un salvador-purificador (pues en el fondo la enfermedad a erradicar es la “contaminación” de la sangre judía, síntoma en su opinión de una sociedad corrupta y enferma) de la humanidad, al ahorrar el sufrimiento de las almas. Herz ya había trabajado con una temática parecida, cuando ejerció de asistente de dirección en la imperdible “The Shop on the High Street” de Kadar & Klos, si bien allí el tono general de la película (aunque comparten un envidiable sentido del humor al tratar temas tan complicados) y el posicionamiento del protagonista difiere y el temor a la represión es el que acaba definiendo el progresivo acercamiento al partido La historia de “Spalovac Mrtvol” sucede en los momentos previos y posteriores a los acuerdos de Múnich de 1938. Los cuales fueron denominados por el pueblo checo “La traición de Múnich”, ya que observaron como los gobiernos occidentales (participaron en el proceso el primer ministro Ingles; Chamberlain. Y su homologo francés; Daladier) cedían con facilidad a las consideraciones alemanas, dejando a Checoslovaquia en manos del nazismo. Este hecho seria posteriormente utilizado por el bloque soviético para argumentar un supuesto complot occidental con el nacional-socialismo, y así poder exponer el que ellos defenderían mejor al pueblo Checo que occidente, facilitando la conversión de los estados satélites soviéticos.


Teniendo en cuenta este argumento, y el momento de realización y estreno de la película. Resulta evidente las dos caras del análisis realizable, por un lado como pesadilla gótico-expresionista, y por otro como negra sátira política. Tras la invasión soviética, que coincidió con el periodo de finalización de la película, el pueblo checoslovaco vivió un periodo de fuerte oposición al invasor, por lo que resulta sencillo realizar una doble lectura. Asociando la critica a todo totalitarismo o fuerza de ocupación opresora. Esta idea, queda además reforzada por el comentario que Herz realiza al respecto de una escena final alternativa, finalmente desechada y desaparecida. Sin querer aguar el visionado a quienes aun no la hayan visto, el final que hoy día contemplamos nos indica su entrada como cremador en “el partido” (se presupone nazi). Pero tras la ocupación se añadió una escena, en la cual se hacía referencia a esta, y no fue admitida tras ser mostrada al director de los estudios, ya que muy probablemente suponía un excesivo pulso al poder.


Tras realizar un par de producciones televisivas, Herz realizo en el 71 “Petrolejove Lampy” y en el 72 “Morgiana”. Dos de sus títulos más celebrados, cercenados en parte por las consideraciones previas y posteriores de la censura. La primera es una adaptación de una novela de Jaroslav Havlícek de 1944, y nos cuenta la historia de una mujer, Stepa (interpretada por Iva Janzurová , figura reconocible del cine checoslovaco de los 60-70), que ha de enfrentarse a la hipocresía imperante en la sociedad del 1900, a causa de su espontaneidad y independencia. La película se realizo en el momento en que comenzaba el periodo de normalización, tras la invasión soviética del 68. Era por tanto el momento más elevado de represión, la cual trato de evitar Herz recurriendo a una historia del siglo pasado, alejándose del periodo reciente. El film no fue del todo bien recibido pero pudo realizar al año siguiente un nuevo film, en el cual sufrió de mayor manera la mano dura del censor.


En “Morgiana” Herz aborda el tema del doble, en una barroca narración melodramática de un cuento gótico del escritor ruso Alexander Grin (Jessie aMorgiana), estilizada hasta límites paródicos. Nos cuenta la historia de dos hermanas, Klara y Victoria, interpretadas ambas por Iva Janzurová. Dos personajes absolutamente contrapuestos física y espiritualmente. Son representadas mediante rasgos exagerados hasta el absurdo, contrastando la cadavérica presencia de Victoria, con el voluptuoso y colorido cabello y vestidos de Klara. El éxito de la segunda en cuestión de amores desata los celos de la hermana reprimida, que no dudara en recurrir a las malas artes para acabar con Klara. Pero falta una pieza por añadir, la que da nombre a la película, Morgiana. La gata de Victoria (9), pasiva espectadora de la sucesión de grotescos acontecimientos en que se sumergen las hermanas, y puede que figura determinante en la laberíntica y bizarra resolución del conflicto.


Una vez más el papel del director de fotografía y el cámara resultan determinantes. Jaroslav Kucera y Herz manejan de tal forma la planificación de planos y movimientos, que construyen un híper excesivo relato visual, haciendo uso de una increíble cantidad de recursos. Sorprende la frescura de la cámara en los planos subjetivos desde la visión del gato, saltando de lado a lado virtuosamente. O la constante presencia de espejos, planos rebuscados o escenas de carácter alucinatorio en sintonía con el efecto del veneno.

Herz cuenta una vez más, en la entrevista con Kosulicova, como el resultado final no era el esperado. En la historia original la “hermana buena” despierta a mitad del relato y pregunta por su hermana, a lo cual le responden que no existe. Por lo que la segunda parte de la película narraría la historia de una enferma de esquizofrenia y el conflicto entre sus dos “Yos”. Esta historia era inaceptable para la administración, por lo que Herz tuvo que continuar con la primera parte hasta el final. Por si esto fuera poco, el dramaturgo y guionista Ludvík Toman defendió la prohibición de la película aduciendo que era sadomasoquista. Incapaz de entender las razones de Herz, le reprocho el haber hecho una película demasiado terrorífica y en absoluto romántica como él pensaba. Se le prohibió entonces realizar películas en el periodo de dos años y tan solo el éxito de “Morgiana” en Rusia (gracias al reconocimiento del errante escritor de la novela adaptada, conocido como “el Edgar Allan Poe ruso”) le permitió volver a trabajar. En ese periodo Herz realizo dos trabajos para la televisión (“Dotek motýla” y “Toulavy Engelbert”) y también aquí tuvo ciertos problemas, lo cual le alejo del medio televisivo hasta el 1987 (año en que realizo la serie de 6 capítulos “Gagman”).

Como ya he señalado previamente en el 74, ante la falta de trabajo tras realizar “Morgiana”, Herz tuvo que afrontar la realización de “Holky z porcelánu”, en lo que sería su segunda y última incursión en el género musical. Tras la polémica de esta emprendió la realización del proyecto de “Holka na zabití”, una película concebida a medida de la entonces jovencísima actriz Dagmar Veskrnová (10). En una época en la que tan solo las comedias pasaban la criba, Herz realizo una “comedia criminal”, y aun así tuvo problemas para sacar adelante un nuevo proyecto junto con Veskrnova, y en vez de este realizo en el 76 un film menor apenas reseñado, que lleva por título “Den pro mou lásku”.

En 1978 Herz decidió tomar un nuevo camino donde buscar cierta libertad narrativa y para ello se vio obligado a recurrir a “un cuento de hadas”. Realizo entonces “Panna a netvor”, una lograda e interesante adaptación del tradicional cuento europeo de “La bella y la bestia”. Pero tampoco aquí fue sencillo el proceso, y a causa de la carestía del proyecto se le obligo a trabajar al mismo tiempo en otra película; “Deváté srdce”. Así que rodaba una por las mañanas y la otra a la tarde.

“Panna a netvor” (La cual obtuvo la medalla de oro en el festival de Sitges) es un dignísima adaptación, a mi entender con tantas virtudes y carencias como la versión de Cocteau. La ambientación es magnífica, sumamente sombría, desangelada y oscura. Con una recreación del ruinoso castillo, las escenas rurales, etc., ejemplar. El elemento diferenciador seria la forma en que se representa a la Bestia, en este caso más cerca de una monstruosa rapaz que de cualquier otra cosa.

Esta es probablemente la última película destacada de cuantas hoy día podemos encontrar (por todos los medios). A partir de aquí su estudio se hace más complicado, ante la falta de copias y referentes de todo tipo. Obligado a realizar por lo menos un film al año para poder sobrevivir y mantenerse en la segunda línea de directores (la primera según comenta estaba en manos de los afines al régimen), obras más o menos personales se entremezclan a partir de ahora con proyectos de mera supervivencia económica. Apoyado y impulsado por el ministro de interiores, realizo la, al parecer, fallida comedia “Buldoci a tresne” (Bulldogs and Cherries) en 1981, y gracias a este apoyo institucional pudo salir a rodar a los Países Bajo, Viena y Roma. Además ese mismo año saco también adelante Upír z Feratu (The Vampire of Ferat), un proyecto algo más conocido, quizás por lo bizarro de la propuesta. Una adaptación de una novela del escritor Josef Nesvadba, que sufrió cortes de guion, antes de comenzar el rodaje y una vez terminado. Una vez más Herz no veía realizado el film que él había ideado. El increíble argumento de la película nos contaba la historia de un coche de carreras ganador, y su condición de chupasangre, al extraer esta del conductor mediante un sistema en los pedales. Un relato de reminiscencias vampíricas absolutamente descacharrante, que en lo visual no cuenta con grandes alicientes, y se queda en un producto más de ciencia ficción europea de los 80, reseñable tan solo por lo “genial” del argumento.


En el 83 emprende la realización de “Straka v hrsti”, y en un intento de superar a la censura tan solo logro que esta se mantuviera prohibida durante 13 años. El guion había sido realizado por Antonín Přida, un escritor prohibido. Y se vendió a los estudios de tal modo que pensaron que se trataba de un cuento de hadas medieval. De este modo trataron de darle una cantidad mayor de presupuesto, presuponiendo una necesidad en cuanto a vestuario y demás, pero Herz pidió una cantidad menor y pudo trabajar con mayor libertad. De modo que una vez que pudieron verla la sorpresa fue mayúscula. En vez de un cuento de hadas observaron una ininteligible película, inaceptable de cualquier manera. Por lo que aun a pesar del sistema de planos que habían ideado para evitar los cortes, la película fue prohibida en su totalidad. Herz comenta que esta probablemente sea la película que peor ha envejecido de cuantas realizo, y tras ella se topo con la imposibilidad de trabajar en Checoslovaquia, por lo que hubo de aceptar una oferta de Eslovaquia para realizar en el 84 una “estúpida comedia” (así la menta el mismo) titulada “Sladké starosti” (Sweet Cares).


Su carrera desde este momento se centra mayoritariamente en la realización de teleseries y una media docena de largos, vinculados en mayor o menor medida con el género fantástico e imposibles de “historiar” por falta de copias y distribución.

Su omisión generalizada quizás responda a su condición de director de segunda fila en un entorno como la Checoslovaquia de los 60’, rodeado de realizadores increíblemente solventes (11). Pero las obras que escapan a la escasa distribución y han llegado hasta nosotros, nos obligan a dedicarle unas letras, ya que tan solo por haber realizado “Spalovac Mrtvol” merecería en mi opinión una reseña de justicia.


(1) Opinión del escritor Norman Manea en su libro “Payasos; el dictador y el artista”. Referente en su caso a la dictadura rumana de Ceaucescu y a los absurdos procesos y informes editoriales del censor.
(2) Forman terminaría emigrando a los EEUU. En el caso checo la invasión del país por las tropas del Pacto de Varsovia, pero del mismo modo funciona la llegada al poder de Breznev, etc. Son detonantes que fuerzan la salida de infinidad de personajes relevantes en la historia del cine europeo; Polanski, Zulawski, Borowczyk, Passer, Makavejev, Skolimowski, Iosseliani, Pintilie, etc.
(3) La frase esta extraída del libro “La historia general del cine” Volumen XI (Nuevos cines (Años 60). Editado por Cátedra (signo e imagen).
(4) Por lo demás Hrabal a tomado fama gracias a la novela Trenes rigurosamente vigilados del 65. Al parecer Hrabal entrego esta novela a Herz en el 65 y el se mostró interesado en dirigirla. Pero cuando escucho que Eval Schorm estaba también interesado en realizarla se la cedió sin problema alguno y al de unos meses vio que Menzel estaba trabajando en ella para su sorpresa. La película fue un éxito y a día de hoy es uno de los pocos largometrajes checos que figuran habitualmente en algunas de las listas de las mejores películas de la historia.
(5) Un famoso teatro de Praga regentado por el actor checo Jiří Suchý
(6) Un favor devuelto años después por Svankmajer al realizar los decorados de la película de Herz, “Devate srdce” (The Ninth Heart, 1978).
(7) Finalmente Kucera, el cual había trabajado en grandes obras como “Démanty noci” de Nemec o “Sedmikrasky” de Chytilova, acabaría trabajando para Herz en 1971, al rodar “Morgiana”.
(8) De hecho el propio Herz rodo en 1986 un film titulado “Zastihla mě noc” en torno a este campo de concentración. Una comedia negra, que él considera su mejor obra de “terror”, en la entrevista concedida a Ivana Košuličová. Donde además cuenta la polémica en torno al plagio que el denuncia por parte de Steven Spielberg en “La lista de Schindler”. Donde señala como este, supuestamente, le copia una escena en las duchas plano a plano. Un hecho denunciado, al cual renuncio por cuestiones económicas, etc.
(9) El uso de un gato como elemento determinante y conductor de la narración, nos hace pensar en otra memorable y valiente película checa precedente. Az Prijde Kocour (1963) de Vojtech Jasny. Otro ejemplo absoluto de la “sinvergüenza” positiva y la inventiva del cine checo (en general de Europa del este) en esas décadas.
(10) Figura conocida en Checoslovaquia por cuestiones tristemente ajenas a su labor como actriz. Y es que Veškrnová contrajo matrimonio con el entonces (primer) presidente de la República checa (y último presidente de Checoslovaquia antes de la partición del 1 de enero de 1993) y afamado escritor y dramaturgo, Vaclav Havel, el 4 de enero del 97 (al poco de fallecer su primera esposa). Por su parte Havel había sido una figura importante en el movimiento opositor a la invasión soviética, por lo cual fue censurado largo tiempo.
(11) A modo de ejemplo señalar obras de referencia como; “Cerny Petr” de Forman en el 64, “Obchod na korze” de Kadar y Klos en el 65, “Sedmikrasky” de Chytilova en el 66, “Marketa Lazarová” de Vlacil en el 67, “Kladivo na carodejnice” de Vavra en el 69 o “Ucho” de Kachyna ya en 1970. Todas ellas merecedoras de mejor gloria y apenas mentadas en “el canon cinéfilo occidental”.

2 comentarios:

PÁJARO DE CHINA dijo...

Qué buena crónica del itinerario trobriandés de un desconocido (para mí). ¿Es tuya, Bash? Tiene tu velocidad y tu capacidad centrífuga y centrípeta y tantos adjetivos esdrújulos que te corresponden ... El cine "Cosmos" de Buenos Aires, propiedad de una familia de rusos era en una época el sitio obligado para ir a ver ciclos y retrospectivas dedicados al cine de Europa del Este. Ahí arranqué con ... "Trenes rigurosamente vigilados" (obviamente) y seguí con Wajda completo (para aquel entonces) pero no recuerdo haber visto a Herz, nunca. El destino de los integrantes de la segunda línea. Que además filman pelis esquivando la censura y se convierten en contrabandistas de significados. Gracias por revelármelo.

Bashevis dijo...

Si Mariel, es mía. Probablemente no proyectaron a Herz en el cosmos… Spalovac Mrtvol es una obra absolutamente recomendable. Creo que deberías hacerte con una copia y echarle un vistazo. Cuando estas ante una película de ese calibre comprendes que detrás ha de haber un cinemista necesariamente capaz de realizar alguna otra obra de calidad y interés… cuando buscas y apenas encuentras un puñado de obras o te lamentas o te sientas a esperar.

Esa impotencia se ha repetido con varios directores del este en mi vida… Frantisek Vlacil, Dusan Hanak, Otakar Vavra, Vartanov, Herz Frank, etc. Tenemos suerte de que poco a poco estén apareciendo ediciones que saquen a la luz su filmografía…

Creo sinceramente que “El Cremador” no te dejaría indiferente. Si la buscas y no das con ella, ponte en contacto por aquí y te paso un enlace…